Una idea no tan descabellada: El vestuario, un bien que puede alcanzar la categoría de DESC
- Juan Felipe Parra Rosas
- 11 mar 2019
- 2 Min. de lectura
Seguramente alguna vez han notado la importancia de la ropa en su vida, ya sea cuando salen de fiesta, tienen alguna ocasión en particular o se ponen a filosofar de la misma. Pues bien, la ropa se constituye en un elemento de gran importancia para el ser humano y se adjudica como una construcción social que tiene una gran utilidad para la humanidad ya que salvaguarda al individuo del entorno natural y de igual manera tiene una conexión indisoluble con la dignidad humana.
Lo anterior, tiene su asidero en el desarrollo histórico en donde el ser humano ha utilizado en distintas formas este ”bien” haciéndolo de alguna manera parte de su cotidianidad y que en la actualidad gracias a la apertura comercial y los modelos liberales se ha generalizado su uso y se posiciona como una verdadera necesidad para que las personas puedan desarrollar su plan de vida.
Es por esto por lo que no suena tan loco decir que el vestuario puede llegar a ser un Derecho Humano, y que para efectos prácticos se clasifique como un DESC (Derecho Económico Social y Cultural), entendiendo que se vuelve una necesidad básica de las personas que amerita la intervención del Estado para que se les garantice este derecho, siempre enfocado de manera progresiva y atendiendo a las personas que no pueden acceder de manera alguna a una prenda (que en realidad represente su individualidad) .
Por lo tanto no cabe duda alguna que el vestuario se perfila como un derecho emergente del cual se tiene que hablar en particular y que requiere especial atención por parte de la comunidad internacional y los tribunales regionales ya que se enfrenta a una óptica fiscal de algunos estados que son reacios a una obligación de carácter positivo y prestacional que le genere gastos que bajo la égida de los modelos económicos liberales y neoliberales, entendiendo que estos no tendrán cabida alguna.

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