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La moda en Colombia, ¿una política de derecha o izquierda?

  • 21 jun 2018
  • 2 Min. de lectura

Si en Colombia polarizamos la moda entre derecha e izquierda, estaríamos hablando de las marcas que solo piensan en sus empresas y en otras que buscan un equilibrio entre la moda y la sociedad.


Al final, el resultado de la moda en Colombia se debate entre el egocentrismo y el altruismo, cada marca decide a cuál de los dos partidos quiere pertenecer, pero las consecuencias son permanentes.


Para ponerlos en contexto con los dos partidos políticos de la moda en Colombia les menciono que días previos a las elecciones se hizo viral un artículo del blog de Nueva Mujer donde Luz Lancheros se refiere a las – wannabes morales con ínfulas de “salvadoras blancas”, que hablan de la paz y la tradición artesanal en sus colecciones, las cuales en el extranjero se venden cuatro veces más, pero que al final no tienen un sentido de apoyo a estas comunidades, ya que solo duran una temporada como tendencia. Una percepción completamente real y sin tapujos de lo que engloba el sistema moda en Colombia y cuya opinión aplaudo y comparto.


En lo personal, cuando las niñas ricas deciden elaborar colecciones que se inspiran en el trabajo de los artesanos, no los estamos apoyando a ellos, solo alimentamos el ego de estos personajes que quieren ganar likes en Instagram y aumentar sus cuentas bancarias a costa de un trabajo que se vuelve tendencia y no un reconocimiento a la herencia de las comunidades. No nombraré a las marcas o personajes que son mencionados en el artículo, para eso pueden leerlo y sacar sus propias conclusiones, pero sí me atrevo a decir que aunque personalmente admiro su trabajo de diseño como colegas mías, el observar dicho discurso hipócrita en sus redes sociales me dejó atónita y desanimada.


Ahora, si comparamos nuestras más recientes elecciones con las elecciones pasadas en Estados Unidos, no solo encontramos que los diseñadores apoyaban al candidato cuyas políticas favorecían a los ciudadanos, las minorías y no a sí mismos o a sus empresas, si no que además se unieron bajo una sola voz contra las políticas futuras del otro candidato que afectaban en gran medida a sus equipos de trabajo, todo eso durante la semana de la moda – la mítica New York Fashion Week-.


Al observar dichas diferencias nos damos cuenta que el pensamiento individualista de unos pocos se ve reflejado en la percepción que tiene la sociedad sobre la moda como un mundo superficial, vacío, banal, que está compuesto por personajes de la elite cuyo miedo de encontrarse con un gobierno que les cambie las reglas del juego, y ¿por qué no? de los sobornos recibidos los impulsa a seguir con lo mismo de siempre ya que es lo único que su ceguera les permite percibir.


En los siguientes cuatro años (probablemente sin apoyo por parte del gobierno), la tarea de los diseñadores de moda en Colombia radica en ir más allá de reflejar la herencia artesanal de las comunidades en nuevos conceptos de diseño, el enfoque que le deben dar tanto creativos como consumidores se encuentra en la protección de esta misma y la creación de políticas que velen por su bienestar. Tengamos en cuenta que la moda habla desde un punto crítico y no enteramente estético.

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