La complejidad simple del negro
- Valentina Rincón
- 3 dic 2018
- 3 Min. de lectura
Un clásico infaltable en el closet de las mujeres, un color imponente y preciso a la hora de vestir, pero pocos saben que el negro no siempre fue apropiado ni permitido para las mujeres en su día a día. Los colores vibrantes eran los que estaban de moda y el color negro era utilizado para las mujeres que se encontraban de luto en el caso de la clase media-alta y por otro lado los sirvientes eran quienes utilizaban este tono en su uniforme debido a su facilidad de lavado.
Inspirados especialmente en la vestimenta utilizada por las campesinas francesas a principios del siglo XX, emerge el famoso Little Black Dress (LBD) y, no como todos lo creen, abarca diferentes modelos de tipos de vestidos. Hasta la década de 1920 fue la mujer revolucionaria de la moda quien lo volvió parte del guardarropa femenino, sin importar la época ni la opinión de la gente. Coco Chanel decide ir al teatro con un diseño contrario al de las demás mujeres, un vestido negro; ellas lucían vestidos con tonos claros, lazos, flores, corsé y plumas tradicionales de la época, tonos difíciles de conseguir, pero los cuales eran requeridos por damas de alta sociedad.

Después de esta controversial aparición, la diseñadora que tenía como objetivo otorgar libertad a las mujeres proporcionando soltura y movimiento mediante sus prendas, causa un cotilleo entre diferentes personas de la sociedad, volviéndose así algo popular; tanto así que en el año 1926 en la edición de octubre de la revista Vogue USA por primera vez se imprime un boceto de un LBD por la diseñadora Coco Chanel, apodándolo “El Ford” de Chanel, el vestido que todo mundo va a llevar y desde ahí se da a conocer de esta manera el famoso vestido.

En la década de 1930 el vestido ya era considerado símbolo de elegancia femenino para salir y lucirlo ante la sociedad. No había diseñador o modisto que se negara a incluir el LBD de diferentes maneras en alguna de sus colecciones.
Llega el New Look en los años 40 donde se le atribuye al diseñador Christian Dior su simbólico vestido con cintura de avispa deseado por las mujeres de la alta sociedad, también tiene influencia con sus diseños en los años 50´s.

Pasan los años y el LBD ya era reconocido en la moda, pero es en 1961 donde Audrey Hepburn utiliza en la película Breakfast at Tiffany’s un vestido negro de Givenchy, popularizando así esta prenda y de este modo causa un impacto tan grande en la moda que fue nombrado el mejor vestido en la historia del cine.

En las siguientes décadas el LBD era considerado un infaltable como lo escribió el diseñador Dior en su ‘Little Dictionary of Fashion’ definiendo el negro como: “El más popular, más conveniente, más elegante, más afilante y más favorecedor de todos los colores. Puedes usarlo en cualquier momento, a cualquier edad y en casi cualquier ocasión. Un "pequeño vestido negro" es esencial en el armario de toda mujer... " Lady Di pasa a ser un icono de la moda con diferentes atuendos que desafiaban lo tradicional de la realeza, en la década de los 90´s usa un LBD de la diseñadora griega Christina Sambolian siendo nombrado el vestido de la venganza, volviéndose así uno de los más polémicos y especiales de la época, pasando a la historia de la moda.

Diferentes prototipos del Little Black Dress se han desarrollado a través de la historia, la icónica prenda en el 2012 tuvo un espacio organizado por el editor de Vogue André Leon Talley en conjunto del SCAD Museum de Georgia para así exponer los distintos modelos de vestidos que han sido utilizados desde la década de los 20’s, la exhibición se nombró Little Black Dress.

La evolución de la moda se puede ver reflejada en esta prenda, mostrándonos diferentes épocas en las que se utilizaron, cada uno de los LBD tuvieron una importancia singular para la ocasión en la cual se desarrolló; sinónimo de simpleza y elegancia los diferentes vestidos negros se han categorizado en distintas sociedades. Siendo este una prenda tradicional atemporal que no puede faltar en el guardarropa femenino, diseñadores como Balenciaga, Zac Posen, Tom Ford entre otros en algún momento de su carrera han incluido en sus colecciones una reinterpretación del clásico Little Black Dress.
“Para mí, diseñar un Little Black Dress es tratar de expresar en un simple y banal objeto la gran complejidad de las mujeres, de la estética y del presente”. ― Miuccia Prada.

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