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El progreso de un clásico

  • Foto del escritor: Valentina Rincón
    Valentina Rincón
  • 30 oct 2018
  • 3 Min. de lectura

Catalogada en una época como la prenda masculina, la camisa va más allá de la moda actual, sus inicios vienen de años atrás, exactamente del antiguo Egipto en 1.500 a.C. donde hombres y mujeres utilizaban una pieza llamada kalasiris, un trozo de lino delgado en forma de rectángulo doblado el cual iba cosido en los costados y tenía una abertura en la parte superior para introducir la cabeza; más adelante en el imperio romano se le agregan mangas dándole el nombre de túnica manicata, siendo estos dos los primeros antecedentes de la historia de la camisa.


La camisa en sus inicios no estaba confeccionada con cuello ni puños, esta constaba de grandes escotes y diferentes largos. En el siglo XII las camisas masculinas eran cortas, mientras que las femeninas eran tan largas que llegaban al suelo siendo estas más como un camisón.


A partir del siglo XIV la camisa era considerada como una prenda interior construida exclusivamente para los hombres, protegiendo la piel de telas gruesas, rígidas y armaduras pesadas. Un siglo más adelante aparece la camisa de seda blanca, decoradas con hilos de seda rojo y bordados de oro, transformándose en una prenda simbólica y tomando importancia social.


En el siglo XVIII María Antonieta quien fue trendsetter causa un escándalo para la época donde su amiga la Madame Vigreé Lebrun la retrata en una de sus obras luciendo una robe chemise, un vestido camisero que se consideraba ropa interior.


Foto: Picmoonco

Llega el siglo XIX donde la camisa tiene grandes cambios y avances, incluso se hacen camisas a medida, donde se le añaden cuellos y puños almidonados dándole más estatus a la prenda. En 1879 la firma inglesa Brown, Davis & Co patenta la primer camisa abotonada en el delantero; John Brooks en 1896, de la compañía Brooks Brothers, agrega botones al cuello de la camisa después de asistir a un partido de polo donde nota que los jugadores tenían en el cuello de sus camisas botones para poder sostenerlo y que el viento no les afectara, de esta manera nace la camisa con botones en el cuello.


Foto: Brooks Brothers

Posteriormente en el siglo XX surgen nuevos estilos y modelos de camisa, llegan los cuellos blandos con diferentes estilos donde eran utilizados según la ocasión; en simultáneo la camisa blanca de esmoquin, que conocemos hoy en día, es diseñada por Eduardo VIII el príncipe de Gales y su sastre, con cuello blando, puños de ojal doble y pechera plisada.


En determinado momento al quedar expuestos los cuellos y puños de la camisa, se crean postizos, la idea era desprenderlos y lavarlos fácilmente ya que eran la parte que más se ensuciaba y de esta manera no gastar el cuerpo de la camisa.


Época en la que el cine y la música marcan tendencia, las décadas de los 30 y 40, actrices como Marlene Dietrich y Katharine Hepburn o voces influenciadoras como la de Sara Vaughan y Frank Sinatra, adoptan de diferentes maneras el estilo de la camisa. En la década siguiente hay modificaciones en los cuellos siendo estos más largos y/o redondeados, surgen los preppies quienes utilizaban chaqueta tipo blazer, camisa de cuello y corbata.



Después de la moda hippie y psicodélica, en los años 70 pretenden romper con los moldes sociales, a mediados de esta década influye la estética andrógina haciendo que las mujeres tengan una influencia más individual mediante combinaciones de algunas prendas masculinas como la camisa, trajes de chaqueta y pantalones anchos. Modelos como Twiggy rompen esquemas sociales mostrando igualdad de género, al igual que la cantante Patty Smith’s Horses en las portadas de sus discos. Diseñadores como la francesa Agnes B. en 1975 abre la primera tienda pret á porter con prendas dirigidas de igual manera para mujeres como hombres. En este periodo de tiempo también influyó el “arquitecto de la moda” Gianfranco Ferré, diseñador que tenía una pasión por la camisa blanca haciendo de esta una pieza única y arquitectónica.


En los años 90 crean distintos diseños de la camisa haciendo de esta una prenda para las pasarelas.


Data un nuevo siglo y la camisa se ha catalogado como una de las prendas más utilizadas sin importar el estatus de los consumidores. Diseñadores de grandes marcas reinterpretan la prenda utilizándolas para diferentes espacios y ocasiones de uso, combinándolas con distintos materiales y accesorios; La camisa siempre será un icono de la moda llevando en alto esa excelencia histórica.



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