El hilo fantasma entre Paul Thomas Anderson y la alta costura
- María José Blanco
- 23 nov 2018
- 3 Min. de lectura
Después de Inherent Vice, There Will Be Blood y The Master, el aclamado director americano Paul Thomas Anderson nos sorprendió con su más reciente filme Phantom Thread, el cual retrata la vida del excéntrico y obsesivo diseñador de alto perfil Reynolds Woodcock en la época de los 50 en Inglaterra, retratado sublimemente por Daniel Day-Lewis en su última película antes de su inesperado retiro. Pero, ¿qué llevó a Anderson hacia el mundo del alta costura? Aunque Woodcock es un personaje totalmente ficticio, fue inspirado en Cristóbal Balenciaga y no necesariamente en sus icónicos diseños, si no, en su vida personal.

La curiosa mente de Woodcock y sus diseños son llevados a vida por el diseñador de vestuario y ganador de Oscar, Mark Bridges, el cual logró captar la visión de Anderson a perfección siguiendo los verdaderos procesos de alta costura para descubrir los cortes y estilo genuinos utilizados en la época, al igual que en la película, se utilizaron más de seis personas al mismo tiempo para cocer cada vestido y el equipo tuvo la oportunidad de ir al Museo de Victoria y Albert en Londres para sentir las fibras de las prendas reales y así darle la oportunidad al cortador de lo que lo llevara a la pantalla.
Bridges, se inspiró en el renacimiento, en los bordados de Balenciaga, en la era dorada de Hollywood y en Daniel Day-Lewis, ya que él escogió varias de las telas usadas durante la película como encajes del siglo XVII, diversos colores como las media rosadas que luce Woodcock y pidió específicamente que sus trajes fueran hechos en Anderson & Sheppard, una casa de diseño inglesa fundada en 1906 enfocada específicamente en trajes para hombres y que tuvieron como clientes en su época a Fred Astaire y al príncipe Charles.

Los diseñadores suelen tener una musa y Woodcock se inspiraba siempre en una mujer distinta hasta que llegó Alma Elson a su vida, retratada por Vicky Krieps, la que rápidamente se convierte en su compañera de telas y pruebas de vestuario, la que inspira su trabajo y lo reta, lo que genera un amor enfermizo que le da vuelta al día a día de Woodcock y lo lleva al límite de su obsesión, no solo con la alta costura, si no con todo lo que lo rodea.
El diseño de vestuario, la música y el cine van de mano para hacer un arte completo, el primero nos ayuda a entender profundamente a nuestros personajes y en este caso nos da a entender la razón de ser de nuestro personaje principal, cada pieza de Woodcock es un estado de ánimo, es una pelea con Alma, es un desayuno sin paz y es una caminata por el sendero.
Woodcock quería que cada pieza fuese única, por lo que cocía palabras en cada prenda y las escondía sin que nadie supiese, creando un “hilo fantasma” del cual él se enorgullece. A lo largo de la película el menciona su desprecio hacia la palabra “chic” y dice no poder entender lo que esto significa, ya que él, como los vestuarios de Bridges, se basan en la simpleza. Sus piezas no son extravagantes y pueden no quitarle el aliento a muchos que siguen las tendencias pero la House of Woodcock no está interesada en seguir tendencias, ni en romper esquemas como lo hizo Balenciaga, él estaba intentando crear una belleza eterna que no se olvida aunque pase el tiempo o las tendencias sean diferentes, y el increíble vestuario, así como Phantom Thread, han culminado la cima de la belleza eterna.
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