Eco – Fashion: una salida sostenible a sacrificios prevenibles
- Juan Camilo Moreno
- 11 mar 2019
- 3 Min. de lectura
Mientras todo tipo de industria se acopla a la necesidad de cuidar diferentes ecosistemas en el medio ambiente, la moda se une a esta obligada iniciativa con la tendencia Eco – Fashion. Sumarse al deber de respetar y preservar ecosistemas vulnerables, es el objetivo.

Muy pocas veces nos detenemos a pensar de dónde vienen las prendas que llevamos puestas. La lana, el cuero y diferentes tipos de pieles, están necesariamente incluidas en un proceso textil delicado, donde diferentes animales son sacrificados para nuestro uso. Y es que, según la revista digital Ecoticias, las asociaciones pro vida animal advierten que muchas de las prendas que los seres humanos compran sin conocer su origen, pueden conllevar el sufrimiento e incluso la muerte de muchos animales.
Desde las primeras civilizaciones, el sacrificio de diferentes especies de animales ha sido constante en el desarrollo de las sociedades. Los cambios climáticos, las nuevas formas de comercio y las cadenas de alimentación, incluían necesariamente el uso del animal como un potencial bien.
En los años 80’s, el uso de los animales como fuente para la creación de prendas de vestir, se redujo considerablemente. Con voluntad e iniciativa del movimiento hippie, los animales eran respetados y valorados como parte esencial dentro del desarrollo de los ecosistemas naturales. Los animales pertenecían a un lugar dentro de la naturaleza y dentro del círculo de la vida. Ese lugar no se lo debían arrebatar los seres humanos.
La llegada del nuevo siglo, trajo todo lo contrario a la relación de los animales con los humanos. Las pieles de diferentes especies de fauna se valorizaron ampliamente. Los pelajes, cueros y pieles de animales como el zorro, el castor y la cebra empezaron a verse dentro de las clases altas como un lujo. Tener una piel de oso representaba tener mucho dinero. Por esta razón, dentro de las lógicas de la moda y estética regidas bajo ciertas clases sociales, los animales cada año eran más y más sacrificados para cubrir los lujos que alegaban pequeños grupos sociales.
Por suerte, esto ha cambiado en los últimos años.
Nuevas tendencias, no solo en la industria de la moda sino en diferentes campos de producción de necesidades que se han hecho constantes en la vida de las nuevas civilizaciones, como el transporte, el cuidado personal, la alimentación, entre otros, han movilizado un fenómeno de concientización frente a las problemáticas a los que diferentes ecosistemas han estado azotados por los caprichos del ser humano.
En esta ocasión, el SaadeMag ABC nos trae la tendencia Eco – Fashion, que se presenta como el granito de arena que el mundo de la moda, que tanto nos gusta, hace al cuidado y preservación del medio ambiente.
El uso de prendas con textiles sostenibles, reciclados y sintéticos, se presentan como la salida sostenible a sacrificios prevenibles. Las grandes casas de confecciones se unen a esta necesaria reforma en el mundo textil. Dior, Givenchy y Louis Vuitton ya usan tejidos orgánicos en sus colecciones. Una tendencia instalada a nivel mundial.

La revista argentina InfoBae publicó el interés que tiene el país por adoptar y ampliar este tipo de medidas: “así como cada vez más marcas se suman al fenómeno sustentable, fusionando tendencias con el cuidado del medioambiente, la iniciativa es ir un poco más lejos y crear propuestas que no estén vinculadas con el maltrato animal. Una iniciativa instalada globalmente que gana cada vez más terreno en Argentina”.
Movimientos como el veganismo intentan llevar estos cuidados y prevenciones a muchos ámbitos de la vida cotidiana. Desde la comida, hasta la forma de vestir, y de producir estas prendas. “Una nueva generación idealista vinculada al gran crecimiento del veganismo, movimiento en el que no se consumen ni alimentos ni productos de origen animal (…) se trata de los productos libres de crueldad”.
Este tipo de iniciativas también son conducidas y lideradas por grandes celebridades dentro de la opinión pública. Por ejemplo, Emma Watson lució un vestido confeccionado con botellas de plástico recicladas, creado por el diseñador Nicolas Ghesquière, perteneciente a la firma Louis Vuitton. También, las casas deportivas de equipos de fútbol han estado inmersas en esta forma de ver las creaciones textiles. El Real Madrid, en la temporada 2017 – 2018, jugó varios partidos con camisetas hechas con los desechos recogidos del mar. Lo mismo hizo el equipo Bayern Munchen de Alemania.

Hay formas, creaciones y caminos para cambiar la realidad en el mundo textil. Materiales sintéticos, reciclados y orgánicos, hacen frente al grito que la naturaleza no puede gritar. Si hay otras formas, sin que nadie sufra, ¿por qué no hacerlo? ¿Por qué no apostarles a las salidas sostenibles de los sacrificios prevenibles?
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