Sobre Colombiamoda
- Laura Saade
- 5 ago 2020
- 5 Min. de lectura
Sin dedicarle palabras a lo obvio y sin escribir sobre la pandemia que nos forzó a volver todos nuestros hábitos virtuales (en vez de crear nuevos hábitos o eliminar algunos no tan sanos) escribiré sobre lo que nos demostró la primera edición virtual de Colombiamoda. Lo que funcionó y lo que no tanto.
Inexmoda presentó sus tres espacios habituales, plataformas de conocimiento, un market place para compradores y las puestas en escena de los diseñadores en donde se suele centrar la atención. Los dos primeros son la apuesta académica que brinda nuevas voces y promueve diferentes temas de conversación que se han tenido a lo largo de este año, como la tarea de volver sostenible una industria que a veces solo aparenta serlo. El market place que en ediciones presenciales es diseñado para atraer compradores internacionales y así potencializar el rol de los diseñadores locales en los mercados por fuera del país, y el tercero son los desfiles o puestas en escena que este año se convirtieron en fashion films o piezas conceptuales.
Los dos primeros casi siempre quedan olvidados cuando hacen el primer llamado a pasarela y cada uno busca su lugar para ver el desfile. Este año no fue la excepción, solo que esta vez fue a través de nuestras diferentes pantallas en nuestros lugares de cuarentena.
Lo que no
El paso a la virtualidad reafirmó que Colombia es un país que está atrasado en temas digitales, y no solo porque el acceso al internet sea un lujo que no tiene garantizado todo el país, sino que la ejecución de la vida por medio de la virtualidad no ha sido nada fácil como en algun punto se llegó a pensar. Si bien teníamos claro que existía la posibilidad que comprar y vender en línea, no estábamos preparados para los retos logísticos que sunpondrían operar de forma virtual por más de cuatro meses. Llevar a cabo desfiles de manera virtual no fue la excepción y sabíamos que se podía, pero para muchos, la tarea de virtualizar tuvo problemas en la ejecución y la puesta en escena dejó claro que hace falta profundizar en temas como desarrollo de conceptos visuales y de graficación digital.
Las puestas en escena en Colombia suelen ser tradicionales y constan de entradas y salidas acompañadas de música, lo cual se tradujo a lo mismo, pero en versión digital. El problema de esto es que sin un uso adecuado de croma o música que lleve al espectador a una experiencia visual diferente, muchas puestas en escena se quedaron cortas y con elementos sencillos que no proponían ni le agregaban nada a la propuesta de diseño; la versatilidad de una colección tiene que ir más allá de sus piezas, tiene que estar en su puesta en escena, en cómo se comunica y en la experiencia que los espectadores tienen.
Desaciertos como el de Beatriz Camacho con su puesta en escena con Arkitect demuestran que por más que una colección y su intensión sea impecable, si su presentación no lo es, se pierde todo el sentido.
Lo que sí
Colombiamoda nos demostró que cuando los diseñadores colombianos la tienen clara, las cosas salen bien. Evidencia de ello fueron las propuestas de Pink Filosofy, Diego Guarnizo y Andrés Pajón que nos mostraron como se puede atrapar a un espectador sin repetir la fórmula.
Para Pink Filosofy la sensibilidad al detalle detrás del lente de Andrea Swarz que nos recuerda eso que extrañamos y eso que volverá fue la clave para presentar Claridad, un fashion film sobre la sutileza de la feminidad y la naturaleza, sobre lo indeleble y a la vez lo poderoso de estas dos.
Por otro lado, Diego Guarnizo presentó una historia sobre la palabra mágica de la temporada, la resiliencia, e hizo una introspección frente a lo que se esconde en cada mujer y en las diferentes violencias a las cuales se han visto expuestas a lo largo de la cuarentena en Colombia. Su colección, en cuerpo y voz de la incomparable Catalina García, hace un símil constante entre las mujeres que inspiraron a Guarnizo y las aves que son ilustradas en sus prendas y que son homenajeadas con sus siluetas y formas.
Andrés Pajón presentó en las escaleras del Museo de Arte Moderno de Medellín su colección otoño invierno con un formato clásico, pero cuya ejecución fue impecable y sus piezas fueron la columna vertebral de lo que fue el cierre perfecto para la semana de la moda más importante en Latino América. Con colores brillantes y siluetas asimétricas y fluidas y la estética caribe chic por la que se reconoce la marca nos presentó una colección que demostró que a pesar de que el mundo se detuvo por un momento, ellos no.
Las menciones de honor son para Juan Pablo Socarrás y GEF. Con su colección El amor amor Socarrás logró presentar una muestra clásica y nostálgica de los amores viejos por medio de los ojos modernos. Toda la colección fue presentada en alianza con Samsung y además de mostrar que la simplicidad logra ser elegante y cargada de mensajes, nos recordó que no se necesita de una pieza de 20 minutos para presentar una experiencia audiovisual completa.
Y por último Futuros Creadores - GEF nos presentó una propuesta en la que utilizaron la virtualidad como una oportunidad para eliminar los limites de la presencialidad y aprovechar el furor que la moda ha tenido en los videojuegos para proponer uno propio. Si bien su colección no es disruptiva, su forma de presentarla lo fue.
Las semanas de moda emocionan y se vuelven el ruido en medios de la industria durante varios días, sin embargo si le quitamos al ejercicio las primeras filas en desfiles, los outfits curados a la perfección para ver cada colección, el ruido de las cámaras obturando y la fila de entrada a las pasarelas, lo que queda es un negocio que se sostiene a punta de ventas y no tráfico en redes sociales. Hay que esperar a tener la cifra oficial de los resultados de esta edición de Colombiamoda, pero tal vez la pausa obligada y el replateamiento de los eventos nos lleve a cuestionar el afán bajo el cual la industria estaba en el país.
El año pasado vivimos más de cinco ferias de moda en un año, más que cualquier capital de moda en el mundo y si bien, nuestra industria textil y sistema moda continua creciendo no estamos cerca de compararnos con los grandes a nivel mundial en el sector. ¿La cuarentenera será la solución para una batalla de egos que se traduce en un sin fin de eventos? Solo el tiempo nos lo dirá.
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